País: Japón
Año: 2012
Guionista: Gen Urobuchi
Mi puntuación: 7,5
Muy buenas a todos los seguidores de SFG Audiovisual un día más. Hoy os traigo una serie de animación japonesa, anime vamos. Normalmente todo el anime viene precedido por un manga; sin embargo Psycho Pass no es el caso. Así que sin referencias del medio de la tinta vamos a ir derechos a la pequeña pantalla.
Siempre he pensado que los japoneses cuando van a crear la idea de una serie se encierran en la sala de juntas y hacen un señor submarino de opio (que es lo que fuman por oriente). De tal magnitud tiene que ser el colocón para que les salgan unas ideas tan rocambolescas y tan jodidamente épicas. Aquí como máximo nos pillamos el colocón de calimotxo y acabamos filosofando sobre la amistad con desconocidos o simplemente llamamos a una ex. Siempre admiraré a los nipones por su capacidad de innovar -normalmente en un mundo futurista- sobre las tramas y el cómo se rige la sociedad en cuestión.
En este anime nos situamos en una sociedad altamente robotizada y automatizada, donde el sistema Sybila rige una amplia red de control del Coeficiente Criminal de los ciudadanos, o lo que es lo mismo, su Psycho Pass. Si dicho coeficiente se vuelve borroso el sujeto ha de ser puesto bajo tratamiento, si llega a traspasar un umbral de peligro el sujeto será ejecutado. Todo ello maniobrado por unas pistolas, Dominators, que empuñan el ministerio de Orden Social (la policía de toda la vida, pero con un nombre más hipster). Lo bueno de este sistema de juicios rápidos es que los juzgados del país sólo tramitan divorcios con muñecas de látex.
Dentro del elenco de personajes tenemos a la inspectora nueva en la oficina, Akane, una chica que se presenta como tímida y casi sumisa a los hombres (al final termina evolucionando). Tengo mis propias teorías sobre la 'enfermedad' mental de los japoneses sobre sexualizar a todos los personajes femeninos de Anime hasta su patrón de hentai encubierto; pero eso es un tema que dejaré para otro día. Luego está Kogami -primo hermano de Konami- otro personaje bastante cliché dentro del mundo anime. El rebelde sin causa que se encierra dentro de su propio mundo con el sólo fin de alcanzar su única meta que le obsesiona. En el fondo sabe que es el puto amo del barrio y actúa como tal.
Si hay algún otro personaje que destacar ese es el malo malísimo: Makishima. Un villano de esos que se suele querer porque su carisma se aprecia a kilómetros. No quisiera hablar mucho más para no cometer spoilers de la serie, aunque sí que diré que esperaba un giro de tuerca más de él en el final, pero nunca llegó. Quizás tenía demasiadas esperanzas en el pozo sin fondo de los recursos narrativos 'rompe culos' que tienen los guionistas japoneses. También me gustaría decir que los guionistas se han pasado de listos queriendo hacer un maldito tesauro de frases de autores célebres. De hecho hay conversaciones que se basan en contrargumentaciones de citaciones de autores opuestos al autor expuesto por el contrincante. Así de chulos son los japos filósofos.
La serie contiene episodios de 20 minutos cada uno. Algunos de ellos sumamente inservibles por el alto contenido de relleno. El relleno en el Anime es lo que los tentáculos en las orgías japonesas, imprescindible. La serie perfectamente podría haber tenido cinco capítulos menos que no hubiese pasado nada; pero siempre que nos dispongamos a ver anime tenemos que perder tiempo de vida en ver capítulos que no aportan nada. Dicho esto, a la serie le cuesta un poquito arrancar; pero cuando lo hace te deja muy atrapado por el dilema moral que plantea. Sobretodo cuando se descubre el pastel de cómo se rige la seguridad en la sociedad que nos cuentan.
Con esto y un bizcocho me despido hasta la próxima.
さようなら
(Sayōnara)
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